lunes, marzo 13, 2006

Sangre...Thessaloniki !
Ahora que estoy lejos empiezo a darme cuenta. Tres años juntos no se olvidan fácilmente. Muchas veces me pregunto por qué fuí a Grecia. Mi voz interior me guía hacia la respuesta: Fui para encontrar mis raíces. El milagro se produjo con el descubrimiento de muchos de los que hasta entonces habían sido enigmas para mí. Las raíces se convirtieron en un catalizador que sacaron a la superficie el subconsciente, detalles que habían esperado durante muchos años en las profundidades y de repente se materializaron en conmovedoras revelaciones acerca de mi mismo. Ay madre Grecia, ay grandísima madre Thessaloniki, cuánto tiempo os llevé dentro, en mi sangre, sin saberlo... Me alegro tanto de haber podido reconocer vuestras señales. ¿Estoy a tiempo todavía de pediros perdón, mamá Grecia, mamá Thessaloniki?

1 Comments:

Blogger Esther said...

hay momentos en la vida del hombre en los que es necesario buscar las raíces, porque eso nos ayuda a saber quiénes somos realmente. Cuando estamos desorientados necesitamos identificarnos. Y pedir perdón es noble, muy noble.

11:54 a. m.  

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