miércoles, febrero 15, 2006

A propósito de Wolfgang...



















Oportunismo, mercantilismo, negocio y una retahila interminable de blasfemias. Palabras que no hacen justicia uno de los puntos de referencia de la historia de la música. Todo homenaje es poco para Wolfgang Mozart - él nunca utilizaba su segundo nombre, Amadeus - que murió olvidado un dia de Enero en la Viena de 1791.

Mi primer encuentro con Mozart fue antes de nacer, cuando yo estaba todavía dentro de mi madre. Después seguimos conversando muchas tardes a pie de cuna en forma de notas que salían del piano de mi abuela.

Lo nuestro fue un amor a primer oido. No queda bien decirlo en este año 2006. Mozart es solo comercio: Craso y lamentable error. Mozart es aún a día de hoy el aire fresco en la ópera, el primero que explora las posibilidades del piano, el agnóstico que se transforma en creyente en sus misas alcanzando el éxtasis místico en el Requiem. También fue uno de los pioneros en la rebelión contra el papel del músico como lacayo de emperadores y príncipes.


Todo esto para dar la bienvenida a los que todavía no conocen su música e invitarles a que aprovechen la oportunidad que se les brinda de acercarcarse. 1991 fue un mal año Mozart, empezando por los homenajes chapuceros de Viena y Salzburgo, por eso espero de 2006 algo mejor. Que no nos intenten confundir los críticos porque lo único que nos quedará a fin de cuentas siempre es Mozart. Desde aquí, gracias Wolfgang, gracias maestro.